jueves, 24 de abril de 2014

¿Se aprende a ser maestro antes de ser maestro?

En este proyecto contestaremos una de las preguntas que más nos han hecho reflexionar de nuestra carrera:
¿se puede ser maestro antes de ser maestro?, lo que nos ha llevado a reflexionar sobre diferentes tópicos de educación como si basta con tener vocación o experiencia o si aprendemos a ser maestros en la carrera de Magisterio.

Para comenzar queríamos hablar de la carrera de Magisterio, lo que se piensa que es y lo que es realmente. Opinamos sin duda que estudiamos una carrera que está infravalorada, la gente se cree que 'pintamos y recortamos papeles' y que ello es suficiente para aprobar y saber ser un maestro, lo que en realidad no saben es que en un futuro trabajaremos con niños de 6 a 12 años, ¿vamos a seguir enseñando dando contenidos mientras tenemos a los niños sentados en sus sillas mirando al infinito? ¿vamos a seguir matando su creatividad así? Son niños, y en primaria no dejarán de serlo, debemos utilizar métodos acordes a ellos y hacer que les guste aprender, que se diviertan, mantenerlos activos, y eso es precisamente lo que nos enseñan en la carrera, y si para ello debemos utilizar colores y papel, pues no estará de más. No vamos a estar estudiando durante cuatro años lo que tendremos que explicar y repetir año tras año, curso tras curso, sino a saber cómo dar las clases para que el niño esté cómodo y motivado, ¿Acaso un ingeniero va a explicarme eso? ¿y un médico? Rotundamente NO. Todos se quejan de la carrera y de la profesión en si, sin embargo no saben qué es lo que hay detrás de ello.


Pero nosotros, los futuros docentes nos hacemos la pregunta siguiente ¿se aprende en la carrera a ser profesor?
Cada cosa se aprende practicando, para aprender a leer se aprende leyendo, para aprender a montar en bicicleta se aprende montando en bicicleta, para aprender a ser maestros se aprende siendo maestros. ¿Quiere decir esto que los cuatro años de carrera es un tiempo 'perdido'? Obviamente no. Durante cuatro años nos enseñan métodos, nos enseñan a reflexionar, a mirar hacia el pasado, presente y futuro y ver el proceso de la escuela, nos enseñan a que tengamos la oportunidad de cambiar aquello que no nos gusta, de reaccionar ante diferentes problemas que puedan surgir en el aula, etc. Pero realmente aprenderemos a ser maestros cuando vivamos directamente qué es ser maestro, comportarse como un maestro, tener a un número de niños seis horas diarias a los que debes enseñar a ser persona ante todo, enseñar unos valores, unos principios, etc. 

En cuanto a práctica y teoría ¿con que se aprende más? ¿Realmente van de la mano, o tiene uno más importancia que otro? Es cierto que, para cualquier práctica es necesaria algún tipo de base de el tema que se esté dando, la practica puede llevar a la experiencia pero siempre es necesaria la teoría para usarla como herramienta. Tanto una como otra es un recurso más a utilizar para que la clase sea lo más llevadero posible para aprender.


El pasado miércoles 9 de abril realizamos una entrevista a José Sánchez Rodríguez, actual profesor de la universidad de Málaga para tener una herramienta más para utilizar para contestar a la pregunta del proyecto. 
José Sánchez ha impartido numerosos cursos (presenciales y online) a docentes relacionados con el uso de las TIC para la Junta de Andalucía, la Universidad Internacional de Andalucía y el Ministerio de Educación. Ponente en diferentes jornadas y congresos, tanto nacionales como internacionales. Es director de diferentes Títulos Propios de la Universidad de Málaga relacionados con la implementación de las TIC en la docencia . Pertenece a comités científicos y es revisor de diferentes revistas científicas especializadas en tecnología educativa.

Las preguntas (en negrita) que se le plantearon son las siguientes:
-¿Qué importancia tienen las TIC para la formación del docente?
José Sánchez fue sorprendido por la primera pregunta, sin duda es algo muy importante en el ámbito educativo y queríamos saber su opinión personal como organizador de cursos a docentes con el uso de las TIC. 
Su respuesta es simple y muy completa a la vez: ''estamos donde estamos, estamos en el siglo XXI, el siglo XIX y XX lo dejamos atrás'', no podemos refugiarnos en los libros de texto y hoy en día con los recursos tecnológicos que hay en el aula podemos funcionar perfectamente. Una de las cosas que el docente debe hacer es cumplir lo que se les dice, entre otras cosas, y es cumplir con los alumnos las competencias básicas, siendo una de ellas las competencias digitalmente, cuya necesidad para ello es usar la tecnología, la cual también es necesaria para la competencia de aprender a aprender. Jose Sánchez piensa que no hay que depender del libro de texto y usar los recursos que tenemos a nuestro alcance para dar la clase y mantener a los alumnos activos para aprender.

-En la realización de los cursos, ¿cree que es más importante la teoría o la práctica? ¿por qué?
La teoría y la práctica van de la mano y en la escuela deben ir de la mano también, los problemas se tienen que enfrentar investigando y acudir a un marco teórico para entender qué pasa en el aula por muy simple que sea ese problema y dar alternativas a ellos. José Sánchez piensa que ambas partes tienen la misma importancia.

 -¿Cómo lleva a cabo la práctica en los cursos tanto online como presenciales?
Participando en foros y realizando actividades con las TIC siempre con un aporte teórico detrás para saber de qué se está hablando.

-¿Cree que el docente debe saber usar las TIC para la realización de sus clases?
Jose Sanchez nos plantea a nosotros una pregunta para contestar a nuestra pregunta: ¿Cómo  se funciona hoy en día sin las TIC en la clase? no es imposible hacerlo, pero es un recurso que aporta mucha información para llevar la clase y que negarse a utilizarlos es no dar posibilidades a nuestros alumnos. Ya que tenemos la oportunidad de utilizar estos recursos, el docente debe utilizarlos pues es una forma más de aprender dejando a un lado el método tradicional de dar contenidos oralmente y medirlos con un control, ''¿hay aprendizaje ahí?'', pregunta. Duda que eso sea un aprendizaje y nos aconseja no atarnos las manos a cuadernillos y/o libros de texto, pues realmente así no se aprende. Por otro lado el uso de las TIC es un método más activo para los alumnos y una fuente de información grandísima.

-¿Qué cambiaría usted de ese sistema educativo actual de esa metodología tan mecánica?
Aprendizaje por proyectos, grupos de trabajos, hacer que los niños accedan y manejen la información, cambiar de entorno, siendo más práctico, diseñar actividades que los alumnos puedan manipular, contactar y dialogar, más van a aprender, y no mirando a la pizarra y poniendo controles.


Después de la entrevista nos hizo reflexionar. Estamos en el siglo XXI, tenemos en nuestras manos nuevas tecnologías y somos conscientes de que poco a poco irán a más y nosotros, futuros profesores debemos estar a la altura para dar una clase con los recursos que tenemos en nuestras manos, donde se encuentran las TIC. 
Debemos mantener activos a los niños, impedir que éstos se aburran en clase y que ello haga que no aprendan. Debemos darle motivos para aprender, motivos para querer buscar, manipular y trabajar, y sobre todo motivos para querer aprender.




Aún nos queda mucho por aprender y seguramente al finalizar la carrera podríamos completar esta entrada, y más aún cuando comencemos a trabajar, hoy día tenemos muy claro que nuestro objetivo es dar al menos una razón a los niños para aprender y enseñarles que no sólo es obligatorio porque así el gobierno lo diga, sino que es una de las cosas más bonitas.

Agradecemos a José Sánchez Rodríguez su colaboración.

martes, 8 de abril de 2014

¿En qué consiste crear las mejores condiciones para que el alumno aprenda?

       En este proyecto y con ayuda de diferentes fuentes de información, intentaremos que nos quede claro cómo crear el clima ideal para despertar el interés del niño para que sea capaz de aprender y sobre todo, de querer aprender. 

       Somos conscientes de que tenemos que hacer que el niño tenga ganas de aprender, pero ¿cómo hacer despertar el interés del niño por aprender? ¿Cómo hacer para que el niño esté motivado en clase, para que el niño vaya con ilusión a la escuela? ¿Cómo hacer para fomentar la creatividad del niño?

      Nuestro objetivo como alumnos y futuros docentes es contestar a estas preguntas y llegar a entender la importancia de motivar al niño, y como futuros maestros ponerlo en práctica. La motivación es un término fácil de entender pero difícil de ponerlo en práctica. 

¿Hay alguna manera concreta para incentivar las ganas del niño ante el estudio? 

   
      No es tarea fácil, pero el profesor debe buscar una manera para que el alumno vaya con ganas a aprender a clase. La escuela es un lugar donde todo es mecánico, hay horarios, normas, castigos… Pero estas cosas no deben hacer que el niño vea la escuela como un sitio duro y aburrido, al contrario, que lo visualice como una preparación y un elemento necesario para su desenvolvimiento en la vida cotidiana , y para ello el único capaz de hacer ver al niño la escuela con otros ojos es el maestro, todos nosotros.

   

         Para ello debemos utilizar diferentes metodologías basadas en la práctica, didáctica y juegos que sean más amenos y dejar a un lado el método tradicional de explicar un número de páginas en una hora de clase, mientras los niños desconectan a los pocos minutos, se distraen, y lo peor y más importante: no aprenden nada.Y es curioso, porque se han producido cambios en la escuela, pero no innovaciones, es decir, las nuevas tecnologías en el ámbito educativo podría haber sido una gran revolución e innovación en la escuela si realmente los profesores lo hubieran sabido utilizar, ya que pese a los ordenadores en las aulas, proyectores y pizarras digitales, el profesor sigue aburriendo hora tras horas a treinta alumnos como si los niños estuvieran aprendiendo cada una de las cosas que dice. La sociedad avanza y la escuela queda estancada a pesar de los avances tecnológicos que el trascurso de los años ha traído.



           La escuela debe descubrir las pasiones de los niños y hacerlos trabajar de la forma que más les gusta. Cada niño es diferente, y por tanto piensa y aprende de forma distinta a los demás, lo mismo ocurre con las materias, no todas son iguales y por tanto no deben darse de igual forma cuando tenemos en nuestras manos herramientas y recursos para innovar el método que no trae los resultados que queremos. Es necesario hacer de la escuela un lugar llamativo y divertido para que el alumnado venga con ilusión, ganas y empeño. La clave para resolver este enigma reside en la metodología del profesorado. No es qué enseñar, sino cómo hacerlo. Los métodos del profesorado son un elemento clave para fomentar la iniciativa y la voluntad de los niños, o por el contrario, que vengan desmotivados y sin ganas de aprender. Por lo tanto, una metodología basada en la participación, en el uso de TIC, la experimentación, la práctica común, trabajos en grupo, así como preguntas abiertas y debates con el alumnado son algunas de las técnicas que pueden hacer resurgir en el alumnado interés y una motivación intrínseca. 


       La creatividad es un concepto que se está perdiendo en el aula, gracias a la creatividad se le da la oportunidad al niño de experimentar y crear cosas nuevas, así como desarrollar un talento o destreza. Pero en la actualidad las escuelas matan la creatividad por dos motivos: en primer lugar, debido a la jerarquía que se ha creado en las asignaturas del currículum de primaria, desprestigiando asignaturas que dan pie a la creatividad y a la libertad de expresión, como a la educación artística, musical y física, que quedan renegadas en un segundo plano consideradas ‘menos importantes’ y por ello dedicándoles menos horas en el horario escolar, cuando en realidad son materias que fomentan la creatividad haciendo a cada niño diferente y original. 


     En cuanto a la metodología se debe utilizar unos métodos abiertos y flexibles otorgando responsabilidades al alumno para que tenga la oportunidad de experimentar y adquieran progresivamente mayor responsabilidad. En segundo lugar, hoy en día en la escuela el error esta visto como un fracaso pero en realidad el error es la base del aprendizaje.
          No hay nadie que haya conseguido algo grandioso sin haberse equivocado antes. Pero esto no es más que una consecuencia por el método numérico de evaluación junto con el significado que se le da hoy en día a aprender. Ahora aprender en las escuelas significa memorizar, ‘guardar’ en la cabeza tales contenidos, y si el niño es capaz de memorizarlo lleva consigo un castigo, que en este caso será una mala nota la nota. Si de verdad en la escuela se enseñara que el error es algo tan normal como necesario para aprender no lo asociarían con un castigo. 
         Es por ello que ese significado del error en la escuela mata la creatividad, pues los niños tienen miedo a equivocarse cuando realmente es la mejor forma de aprender. Por lo tanto, profesores y padres deben fomentar que el error no se vea como un fracaso, sino como algo necesario para el desarrollo personal y académico.


        A veces son los propios padres o profesores los que cierran las puertas a los niños para desarrollar sus destrezas ocultas, ciñéndose al ámbito académico, preparando al alumnado para una sociedad mecanizada y enfocada al crecimiento económico.
    Con respeto a la motivación creemos que sin motivación no hay aprendizaje, desde esta perspectiva el docente debe plantearse los siguientes objetivos:

 -Suscitar el interés de los alumnos. 

 -Dirigir y mantener el esfuerzo 

 -Lograr el objetivo del aprendizaje propuesto.

     Los docentes deben ser adultos muy motivados que se atrevan a inventar nuevas herramientas y sean capaces de adoptar sus métodos a las necesidades de sus alumnos/as. Es más importante crear el interés por la actividad que por el mensaje, para ello hay que apoyarse en los intereses de los alumnos y conectarlos con los objetivos del aprendizaje o la propia actividad para estimularlos.